miércoles, 10 de abril de 2013

¿Dolor?


Un tenedor fue la única llave que me permitió salir de este encierro.


Un simple tenedor, es una herramienta para comer, sin embargo, me sirvió de llave, luego de pensarlo mucho, llegue a la conclusión que hasta para herir me servía, pero no es la idea, normalmente el tipo de dolor común en este ciclo es aquel que me afecta, no el que yo provoco.


Algo tan común puede terminar como un arma letal.


¿Es posible que miles de cosas comunes puedan ser usadas como un arma en contra de seres vivos?


Este mundo está regido por la violencia, las palabras son justificaciones a hechos violentos, agresiones, heridas; o son simples excusas para no llegar a estos extremos, lo cual es irónico porque está en nuestra naturaleza, el ser pacifista no es una cualidad del ser humano, al contrario.


Si tomamos en cuenta la historia de la humanidad, las leyes se fueron agregando poco a poco, las cosas “justas” se fueron determinando a través de los años, nunca estuvieron allí desde el inicio, por eso se puede dudar y también preguntar: “¿Hasta qué punto consideras que la justicia es realmente la manera correcta de juzgar acciones que están incorrectas para ciertos puntos de vista?”.


 En cambio, la violencia del ser humano siempre estuvo ahí, en todas y cada una de las épocas de su evolución, el humano está acostumbrado a ella, es algo natural, normalmente cuando alguien pierde “la cordura” cae en la violencia, en mi opinión entonces la agresividad del hombre es la mejor arma que posee, es la última capa o alguna especie de armadura antes de llegar al núcleo, a la parte frágil y delicada de esta especie, por eso la violencia intenta resguardar, proteger y no darle acceso a entes ajenos que perjudican un entorno estable para el desenvolvimiento de la persona tal como es.


Ver el choque de dos cuerpos destrozándose unos con otros, dañándose, hiriéndose, simplemente por el hecho de tener diferencias entre ellos, solo por no compartir la misma opinión o por diversión es una escena totalmente espectacular.


A veces es muy difícil explicar en palabras una mezcla especifica de sentimientos, algunos punto de vista un tanto complicados e ideales de vida, ya que suelen prestarse para mal entendidos o resultan siendo un imán para idiotas que no poseen un argumento válido para criticar tu opinión, sin embargo, siguen insistiendo hasta intentar obtener la razón y eso simplemente no es la idea, por eso, muchos callan ya que prefieren evitar.


¿Evitar me salvara?


¿Hay alguna salvación al dolor?


¿Por qué ser salvado de él?


Querido dolor, tal vez, tú, el físico tenga reparo, cura y pueda olvidarse.


El dolor de una traición nunca lo tendrá.


El dolor de una perdida, nunca será curado.


El dolor de ver a alguien a quien valoras, quieres o simplemente le tienes algún tipo de admiración, destruyendo todo lo que creías de esa persona, actuando agresivamente, dañándote, insultando y golpeándote.


¿Curar heridas físicas? Eso es algo teóricamente sencillo ¡Gracias medicina has logrado tú meta!


Curiosamente lo que no creen grave, lo puede llegar a ser, y mucho.


Un nudo en la garganta puede ser mucho peor que cualquier fractura.


La impotencia puede alcanzar un nivel tan extremo como para dejarte inmóvil y sin palabras por minutos.


Intentar aguantar las ganas de llorar con los ojos aguados y furiosos es más jodido que intentar guardar la calma mientras manos rodean tu cuello y te quitan el aliento.


Resistencia y el instinto de supervivencia es lo que te salvara de estos estados, pero nunca los olvidaras.


Nunca podrás deshacerte de esa horrible sensación, de esos sentimientos de rechazo a estos estados, ese maldito recuerdo no se borra.


El olvido es un paseo, una simple mentira piadosa.


El olvido es una pared falsa que intenta retener recuerdos muy pesados que al final terminan rompiéndola y liberándolos para nuevamente volver a encerrarlos.


“Una carta final, un movimiento crucial, una estrella fugaz fue el último movimiento audaz”.


“Me miro con esos ojos rabiosos, con ese rencor en el fondo, con ese amor escondido que al final era el único antídoto”.


“No era cierto hasta que su mentira se volvió la única verdad luego de pronunciarla un número infinito de veces”.


“Deja de escribir lo que sientes y empieza a plasmar lo que crees”.