miércoles, 19 de julio de 2017

Vomitar

Hoy tuve mi mejor vomito.


¿Podria llamarlo así?


Me gusta atar cabos sueltos, así que intentare responderme.


Me encontraba perdida en el espacio donde experimento mi desdoblamiento del tiempo, acompañada de aquellas alas que temporalmente te hacen alzar la mirada un poco más allá del campo terrenal.


Acabo de vomitar, estoy hablando con sinceridad.


Nunca imaginas que llega lo que menos esperas, porque la mayoría del tiempo que esto sucede, nos toma por sorpresa.


Primera vez que esas alas me hacen sentir nauseas, unas distintas, anteriormente había sentido algo parecido, solo que nunca se desarrolló por completo, no alcanzo su objetivo, hasta hoy.


Normalmente cuando sucedían situaciones como esta, lo podía controlar, pero esta vez no lo controle.


Justo cuando muere el descontrol, nace el control de daños como medida informativa del estado irracional.


Me sorprendió un poco al principio, sabia distinto, raro, era un vomito distinto a los demás.


Primera vez que sentía algo tan extraño.


Era baboso, cosa que percibí en los pocos segundos que lo sentí llenar mi boca, me percate que antes del completo descontrol debía ser algo consiente y a toda costa evitar empeorar la situación.


Puedes leer centenares de libros y ensayar mil pasos, pero la práctica real está en saber actuar inteligentemente, cuando ni tu mismo te encuentras con una solución coherente.


Pensé que seria doble el trabajo, vomitar sobre mi soporte sólido, sentirme asqueada, volver a vomitar, luego tener que limpiarlo todo, con muchas más ganas y quizás logrando materializarlas en un futuro cercano.


Me encontré en ese instante y reaccione.


Corrí a la ventana.


Lo deje salir.


Lo expulse.


Lo escupí.


En mi boca no existió un mal sabor, en mi garganta no quedo ningún rastro de violencia.


Por un momento creí que no fue vomito.


Era imposible, yo sentí las ganas, eran de vomitar, el fluido saliendo de mi estómago, paseando por mi garganta, llegando hasta mi boca y resguardandose en ella hasta ser expulsada en el único escape que encontré.


Yo sentí cada una de las provocaciones que accionaron la gran reacción.


Sin embargo, fue un instante muy extraño, sigo sin creerlo, aunque realmente sigo sin entender porque fue tan extraño.


El tiempo se paralizo, mi desconcierto domino cada fibra de mi ser por unos segundos que parecieron años.


Empecé a escupir repetidamente.


Expulse una que otra sustancia.


Esto es muy raro.


No senti el mal sabor, en ningun momento.


No entiendo.


No sentí la violación a mi garganta.


La peor parte de vomitar, es la sensación dolorosa que se extiende por la garganta que provoca muchas más ganas de vomitar y de morir en el intento debido a tu garganta desgarrada en la ultima arcada que acabas de tener o quizás debido a los jugos y ácidos estomacales mezclados con comida que te arrepientes de ingerir sin masticar lo suficiente, esta vez, fue totalmente distinto, no aparecio algun síntoma parecido.


Lo irónico de mi vomito, es que me pareció hermoso.


¿Por qué no decir aquellas cosas de las cuales nos sentimos orgullosos?


¿Por qué nos debería importar si es correcto o no hablar sobre algo que sientes o es importante?


No estoy muy segura de ciertas cosas, pero hay una que puedo decir con claridad: Este fue el mejor vomito de mi vida.


Si, podría considerarlo así y me sorprende realmente estar -diciendo- escribiendo esto.


¿Alguna veza han imaginado decir "Hoy tuve el mejor vomito de mi vida"?


"Los humanos le temen a lo que no entienden".



Las preguntas son muchas, las respuestas son casi inexistentes, solo si quieres puedes contestarlas en el cajetin blanco, pero no es necesario si así lo crees.

No hay comentarios:

Publicar un comentario