jueves, 13 de diciembre de 2012

Problema.

No, no entiendo nada.
 

Al principio todo gira en torno al punto central de una circunferencia, a medida que cada oscilación se vuelve más pesada y tardía la forma pasa de circular a eclíptica.

Tú no sabias sobre eso, ese es tu problema.

No te dabas cuenta que los ejes magnéticos no realizaban ningún mejoramiento.

Invento ondas inexistentes buscando crear reacciones fuertes contra un campo magnético.

¿Quien diría que donde menos lo esperaba me encontraría una mirada con la fuerza del amanecer? 

Son curiosas las casualidades que pueden desaparecer en un solvente que no es el universal.

Fue tan fuerte como un golpe. 

Un meteorito que choco contra la tierra y acabó con una parte considerable de ella.

Así pasó, llego y era imposible no notar su presencia.

El destino varía.

El plan sigue.

Los impulsos están en el margen del error.

Pero, siempre existe esa duda, ese "pero" que perturba tal cual piedra escondida y presente en el camino.

Sin embargo, la piedra en este camino no ha aparecido todavía, eso es alarmante e interesante.

Existe una ley.

Si es muy rápido se vuelve aburrido.

Si es muy fácil da sueño.

Si es muy lento comienza a molestar.

Si es muy difícil la resignación llegará.

No aplicable al meteorito.

No es así.

No mido lo que es.

No me importa.

No he llegado al resultado final esperado.

Solo se presentan avances y reacciones inesperadas.

A pesar de los estándares me agrada.

Espero solo caminar en el suelo y no volver a subir a la cuerda.

Las expectativas son el problema.

No importa como luzca, solo importa la trayectoria que tome al final de cuentas.

“Siempre y cuando exista un cuerpo, las fuerzas actuaran sobre él, aun así no sean notorias de una u otra forma”.

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