Aquí estoy de nuevo, en la misma cama.
De
nuevo con las mismas preguntas que una vez me dejaron tiradas.
Respuestas escritas en un papel que fue quemado.
Una
noche común y un golpe de luz.
Un apagón, tal vez nacional, tal vez personal.
El silencio en las calles, la oscuridad reina esta tierra
de nuevo.
Noche fría, noche común, noche sin luz.
Destellos de esperanza, eso me salvara dice una parte de mí.
Violencia y rencor es lo que grita la otra parte.
¿Algo con sentido?
Existen unas ganas de saber volar y correr hasta una
tierra lejana habitada por la soledad, solo ella entiende cosas así.
No querer iniciar un ciclo que puede ser perjudicial para
tu entorno, para tu equilibrio, sin embargo, lo iniciaste simultánea y espontáneamente.
Irónico para todos.
Una simple etapa que define la vida, de esa etapa no
encuentro el inicio.
Hay un desorden naturalmente general que suele
presentarse cada vez más seguido.
Pero todo termino, una vez más esta etapa finalizo.
Es hora de nuevas cartas, nuevos trucos, más dinero y
apuestas más elevadas.
¿Saben?
Solo quiero que el fuego consuma las impurezas y asperezas de estas
consecuencias para convertirlas en ventajas.
Oscuridad, mis ojos abiertos están y es lo único que
perciben.
Pero cierro los ojos para que automáticamente mil formas
y colores se dibujen ante mí.
Ondas, figuras, recuerdos borrosos, sensaciones, triángulos
líneas y números aparecen de la nada.
Al ritmo de mis pensamientos ellos vienen y van, bailan
un vals.
Pero no es real, el apagón sigue cuando vuelvo a abrir
mis ojos, cualquier color se extingue gracias a la ausencia de luz.
Siento el frio hierro en mis muñecas, tengo cadenas.
Estoy atrapada y mi boca tiene un fuerte sabor... Uno
extraño, no es menta, tampoco nicotina, es metálico.
La oscuridad me desespera cada vez más, no recuerdo nada.
¿Mi
nombre? ¿Cuál es mi maldito nombre?
Tener un nombre no significa tener una identidad, no significa
que te conozcan, no significa que seas útil para algo.
Fracasé, eso pasó.
Simplemente
cerrare de nuevo los ojos, me entregare a este sueño.
Sueno
las cadenas, creo un ritmo y luego golpeo mi sien para caer inconscientemente.
No
lo logre, solo hay dolor.
Sigo
golpeándome.
Un
golpe uno tras otro, sin parar.
Mis
manos se llenan de algo viscoso, pierdo mis sentidos lentamente, escucho cosas
que no reconozco y caigo completamente al suelo, de nuevo.
"Un
día como este sirve para destacar mi egoísmo, este día es mío y antes que me
contradigas no me importan tus malditos argumentos".
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