martes, 1 de diciembre de 2015

Palabras

Querer no es poder, eso lo sé.


Me vuelvo repetitiva como los ciclos, aquellos que aunque cambien siempre regresan a un punto.


Hoy quiero hablar de los meses:


"Diciembre" para muchos significa el último mes del año, navidad, nieve, frío, un tiempo de compartir y estar en familia.


Cuando escucho "diciembre" lo único que puedo pensar es lo que odio este mes.


No importa lo que signifique diciembre en el diccionario o calendario, para mí significa problemas y más problemas.


Una palabra que significa para mí más que su simple definición.


Enero, el mes de las metas, este es el primer mes del año, todos se preparan para el nuevo año.


Cuando escucho "Enero" sé que ya termino Diciembre, normalmente las repercusiones de él están presentes pero siento alivio.


Febrero es una cachetada en la cara, este es el mes donde sé que ya todo termino, es un nuevo año y hay nuevos objetivos, este es mi mes de metas.


Yo siempre confundo "Marzo" con "Mayo", siempre olvido cual va primero y cual después, esas palabras no significan nada, todo puede pasar en ellos.


Abril no me gusta, pero tampoco lo odio, no es culpa del mes, normalmente ignoro este esperando que pase lo más rápido posible.


Junio, este es el mes suizo, ni de un lado ni del otro, no es de los primeros meses del año, tampoco es de los últimos, es un mes de correr y solo correr.


Julio por otro lado es cruel, estás a un paso del "descanso" pero se me hace eternamente infinito.


La palabra "Agosto" para mí es sinónimo de tranquilidad, siempre ha sido así aún cuando no consiga tranquilidad en dicho mes.


Septiembre me gusta, no por nada en específico, simplemente su nombre me gusta.


Octubre lo relaciono con cambios, por extraño que parezca siempre suceden cosas así en este mes.


Noviembre también me gusta, no sólo por su nombre, siempre he pensado que dicho mes se trata de respirar al máximo y lo irónico es que pueden suceder un millón de cosas, pero siempre será mi favorito.


Una palabra puede significar muchas cosas, basta con buscar en un diccionario y darse cuenta ¿No? 


Sin embargo, aunque en los diccionarios se le otorgan definiciones a cada palabra, una palabra, una simple palabra, puede significar muchas más cosas, más allá de las definiciones, más allá de su composición y más allá de su forma. 


Una palabra puede destruirte.


Una palabra puede curarte.


Una palabra puede ser lo que estés esperando.


Una palabra puede ser lo que nunca esperabas oír.


Todo depende del punto de vista, de la oración, de los medios de propagación, de la forma con la que se pronuncia cada sílaba, de cada pequeño detalle, de la intención y hasta depende de quién la escuche o lea.


Ese es el verdadero problema ¿Cómo usar las palabras para describir cosas, aun cuando ellas pueden ser entendidas de otra forma?


Muchos dicen que las palabras fueron creadas por la necesidad de comunicarnos, de crear un lenguaje ¿Será que en todos los casos esa comunicación es utilizada correctamente?


No lo creo.


No lo es.


Un minuto puede ser una eternidad.


Una hora puede ser un pestañeo.


Un día puede ser agobiante.


Todo depende.


No existen las cosas absolutas.


No existen significados exactos.


No existen descripciones acertadas.


No existen para mí y en algún momento fue así para la humanidad, sin embargo, ahora existen.


¿Por qué?


La forma de comunicarnos nos hace olvidarnos a veces de la capacidad de sentir.


Decir, cualquiera puede decir, pero solo muy pocos pueden hacer lo que dicen.


Pensar, cualquiera puede pensar, pero muy pocos dicen lo que en realidad piensan.


¿De qué nos sirve la comunicación en este punto? 


¿Realmente hay que esperar que alguien diga que todo está mal o que todo está bien para darnos cuenta?


Estamos acostumbrados a escuchar y hablar, no a sentir, no a mirar, no hacer nada más, simplemente hablar.


Las palabras vacías y sin significado no son solo palabras, porque siempre intentamos darle un significado a las palabras.


Ese es mi problema en realidad, siempre intentando buscarle el significado a las cosas más allá de lo que se digan de ellas.


Es estresante y a la vez interesante, con un poco de atención y silencio, empiezas a conocer ciertas cosas de las cuales no tenias idea.


No necesitas palabras, no necesitas nada, cuando entiendes lo que realmente significa, no lo puedes describir, no lo puedes olvidar, no lo puedes callar, siempre estará gritando en tu interior una y otra vez, sin cansancio, sin pausa, sin temor y solo finalizará si tú significado cambia.



Yo todavía no puedo cambiar el mío.

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